PROGRAMAS DE INTERVENCIÓN

Jha y Chaloupka (1999), citado por Calleja, N (2012) mencionan que la solución al problema de tabaquismo se logrará únicamente con la intervención comprometida de los gobiernos, y con la participación de la comunidad internacional, para poner en marcha acciones multisectoriales que armonicen las actividades de control en el ámbito nacional y en el mundo. Señalan que la implementación de medidas que cambien el entorno social y desalienten el consumo del tabaco prevendrá que los jóvenes comiencen a fumar y ayudará a los fumadores a abandonar el cigarro.



En México existen diversos estudios como el realizado en una escuela de nivel bachillerato cuyo interés es conocer la prevalencia de tabaquismo para el diseño de una intervención educativa (Monreal, L. A., 2004). Señalan que la adolescencia es una etapa fundamental para desarrollar actividades preventivas contra el uso del tabaco.

  

La OMS (2006, P. 35) señala que los adictos a la nicotina son víctimas de la epidemia de tabaquismo y como toda persona dependiente de una droga adictiva, la mayor parte de los consumidores de tabaco tienen dificultades para abandonar éste por sí solos y se benefician cuando reciben ayuda para superar su dependencia.




Para atender la dependencia del tabaco hay varios métodos de tratamiento, que abarcan desde un simple asesoramiento médico hasta la farmacoterapia, con inclusión de líneas telefónicas de ayuda al abandono y consejo psicológico. El tratamiento se debe adaptar a las condiciones y culturas locales, así como a las preferencias y necesidades de cada uno.


Collins, et al., (2011), citado por Becoña, E. (2014) señala que al igual que ocurre en el tratamiento de cualquier adicción el tratamiento psicológico de una persona que fuma costa de cuatro fases: 


1) preparación para el cambio,
2) preabandono,
3) deshabituación psicológica en donde la persona tiene que dejar fumar, y
4) mantenimiento o prevención de la recaída.

Mencionan que los tratamientos psicológicos que mayor relevancia han cobrado en las últimas dos décadas han sido los denominados multimodales, multicomponentes, “paquetes de tratamiento” o tratamientos protocolizados” (Labrador, Echeburúa y Becoña, 2000).


García, R. y Rojas, V. (s. f.) propone al tratamiento psicológico del tabaquismo como un modelo transteórico de cambio (Tabla 1) en el que se utiliza el proceso de abordaje del tabaquismo para reconocer en qué estadio se encuentra un fumador que desea cesar el consumo de tabaco y adaptar el tipo de intervención en función de la fase de cambio en la que se encuentra cada individuo.


Tabla 1. Modelo transteórico (Prochasca JO, DiClemente CC)
Fase precontemplativa, el fumador no tiene ningún interés por cambiar, no identifica ningún riesgo que le motive a adoptar algún cambio en su hábito
Fase contemplativa, el fumador empieza a identificar los riesgos de su comportamiento y se da cuenta de los beneficios que podría alcanzar si cambia
Fase de preparación, la persona tiene la firme intención de adoptar un cambio en su comportamiento en su futuro inmediato, en esta etapa puede empezar a experimentar pequeños cambios
Fase de acción, el fumador realiza un cambio en su conducta, esta fase se localiza desde las primeras 24 horas sin fumar hasta los seis meses sin fumar
Fase de mantenimiento, el fumador ha realizado un cambio en su conducta, el periodo de esta fase comprende desde los seis meses sin fumar hasta los cinco años



Rodríguez, C. M. (s.f., p. 17) menciona que el objetivo de cualquier intervención clínica es conseguir aumentar la motivación y eliminar las posibles resistencias u obstáculos al cambio. Para aumentar la motivación de los pacientes es útil proporcionar información sobre la conducta de fumar, dialogar sobre los potenciales beneficios de dejar de fumar y de las posibles consecuencias del mantenimiento del consumo. La eficacia de las intervenciones debe medirse como tasas de abstinencia al cabo de un año, en ocasiones, pueden valorarse los resultados obtenidos al cabo de seis meses. 

Se debe valorar las recaídas, la recaída debe ser vista como una parte integrante del proceso de abandono y no como fracaso.Sánchez-Hervás, E., Tomás, G. V. y Morales, G. E. (2017) señalan que elevados niveles de autoeficacia ayudan al control de numerosas enfermedades y procesos adictivos, entendiendo la autoeficacia como un juicio autorreferido de la capacidad para llevar a cabo una conducta o acción concreta, que influye en la elección, la consecución y el mantenimiento de hábitos saludables. En el ámbito de las conductas adictivas podría entenderse como el grado de confianza que tienen las personas para conseguir y mantener la abstinencia en diferentes situaciones de riesgo.



Modelo integrado de intervención



Sánchez-Hervás, E., et al. (2017) presentan un modelo que permite evaluar las necesidades de los pacientes y su proceso real de cambio, de forma que se pueda predecir qué tipo de técnicas y procedimientos psicoterapéuticos son más convenientes para cada caso y poder optar por las líneas de intervención más adecuadas. En todo el proceso de tratamiento se contempla: la acogida, las diferentes fases en la evaluación, y la integración de las distintas técnicas y procedimientos psicoterapéuticos en función del estado motivacional de los pacientes (fig. 1).



Figura 1. Modelo de tratamiento psicoterapéutico en adicciones (adaptado).

Al inicio del tratamiento, los pacientes utilizan con mayor frecuencia procesos de cambio de tipo cognitivo y en menor medida procesos conductuales (Sánchez-Hervás, E., et al., 2017). En las últimas fases adquieren mayor importancia los programas de prevención de recaídas y las estrategias de gestión del estilo de vida incluyendo la coordinación con otros recursos, proponen un modelo psicoterapéutico en adicciones (fig. 2).



Figura 2. Modelo de tratamiento psicoterapéutico en adicciones





Bibliografía:

Becoña, E. (2014). El tratamiento psicológico de la dependencia del tabaco. Eficacia, barreras y retos para el futuro. Recuperado de http://www.redalyc.org/pdf/778/77832241001.pdf

Calleja, N. (2012). Medidas para el Control del Tabaco en México y en el Mundo. Pág 3. Recuperado de https://www.cneip.org/documentos/6.pdf

M. García Rueda y J. Rojas Villegas (s. f.). Tabaquismo. Terapia farmacológica e intervención psicológica. Recuperado de http://www.neumosur.net/files/EB04-29%20tabaquismo.pdf

Organización Mundial de la Salud (2008). Informe OMS sobre la epidemia mundial del tabaquismo 2008 plan de medidas MPOWER. Recuperado de http://www.who.int/tobacco/mpower/mpower_SP.FINAL%20COVER%20AND%20TEXT.pdf

Rodríguez, C. M. (s.f.). Bases de la dependencia adicción nicotínica. Pág 13. Recuperado de https://www.asturias.es/Astursalud/Imagen/AS_Salud%20Publica/AS_Drogas/Tabaco/Dependencia_adiccion_nicotinica.pdf

Sánchez-Hervás, E., Tomás, G. V. y Morales, G. E. (2017). Un modelo de Tratamiento Psicoterapéutico en Adicciones. Pág 5-6. Recuperado de file:///C:/Users/68768/Downloads/13065158_S300_es.pdf